Este hecho se está convirtiendo en uno de los problemas más graves en el contexto de la educación superior, no sólo para las instituciones, ya que supone un coste económico y de prestigio (Tuero, Cervero, Esteban y Bernardo, 2018), sino también para el alumnado. Tras el abandono, el alumno se enfrenta a la posibilidad de sentirse humillado, frustrado, perdido, etc., sensaciones de las que deberá reponerse, para afrontar su futuro incierto. Diversos estudios han hablado de múltiples factores de abandono. En todos ellos, encontramos como una de las causas, una mala orientación académico-profesional (Corominas, 2001; Tuero, Cervero, Esteban y Bernardo, 2018; Bernardo, Estevan, Cerezo, 2016). El estudiante se encuentra que los estudios en los que ingresó no cumplen con sus expectativas.
Las acciones llevadas a cabo en los centros -concentradas en la mayoría de los casos en el último curso de la ESO- como son: información de los grados disponibles, charlas de profesionales, visitas a centros de trabajo, tests de intereses y preferencias profesionales (IPP), etc., son necesarias pero, en la mayoría de los casos, no son suficiente. Ante este escenario, una de las vías sería potenciar esta orientación académico-profesional previa, a través de un proceso personal e individual que se apoya en las teorías de la Inteligencia Emocional. La terapia basada en inteligencia emocional desarrollada por Lizeretti (2012), basadas en el modelo de Salovey y Mayer (1990) que inspiró el bestseller "Inteligencia Emocional" de Goleman, nos da las claves para este modelo de intervención. Diversos autores defienden que las emociones responden a necesidades (Lizeretti, 2012; Salovey, P. y Mayer, J., 1990; Damasio, 2007; Morgado, 2013). Según este modelo, una intervención enfocada a averiguar las necesidades que intentamos cubrir con nuestras decisiones daría información útil y necesaria para la elección. Es una intervención que no sólo beneficia el proceso de la elección de carrera más adecuada a quién es el alumno/a en realidad, sino que ayuda a alcanzar la madurez y mejora la capacidad general de tomar decisiones en todos los ámbitos de la persona.
Publicaciones referenciadas:
- Bernardo, A., Esteban, M. y Cerezo, R. (2016). La importancia de empezar con buen pie: Influencia de la etapa previa al ingreso y primer curso en la universidad en el abandono de titulación. Cuarta Conferencia Latinoamericana sobre el Abandono en la Educación Superior (IV CLABES). Medellín, Colombia. Recuperado en: https://revistas.utp.ac.pa/index.php/clabes/article/view/1007
- Corominas, E. (2001). La transición a los estudios universitarios. Abandono o cambio en el primer año de universidad. Revista de Investigación Educativa, 19 (1), 127-151.
- Damasio, A. (2007). El error de descartes. Barcelona: Crítica
- Lizeretti, N. (2012). Terapia basada en inteligencia emocional. Manual de tratamiento. Lleida: Milenio.
- MECD (2015). Datos básicos del sistema universitario español: curso 2013-2014. Recuperado de https://goo.gl/Aksm2o.
- Morgado, I. (2013). Emociones e inteligencia social. Las claves para una alianza entre los sentimientos y la razón. Barcelona: Ariel.
- Salovey, P. y Mayer, J.D. (1990). Emotional Intelligence. Imagination, Cognition and Personality, 9,185-211. En Lizeretti, N. (2012). Terapia basada en inteligencia emocional. Manual de tratamiento.
- Tuero, E., Cervero, A., Esteban, M. y Bernardo, A. (2018). ¿Por qué abandonan los alunmos universitarios? Variables de infuencia en el planteamiento y consolidación del abandono. Educación XX1, 21(2), 131-154, doi: 10.5944/educXX1.20066